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Cómo visitar 22 sitios en París en 5 días

Si decides tomarte unos días de vacaciones por la ciudad del amor, París, existen un sin fin de atracciones turísticas y cosas para hacer en esta maravillosa ciudad.

Si tu itinerario no te permite estar muchos días, sería una excelente idea tratar de preparar una lista, por orden de prioridad, con los monumentos que quieras conocer, en caso de que no te alcance para visitarlos todos.

Por acá te dejo mí recorrido de acuerdo a mi lista de prioridades, las 22 atracciones que logré visitar durante los 5 días de estadía en París.

Puedes hacer click para leer directamente el día que más te llame la atención de acuerdo a los monumentos de interés, o simplemente leer esta fascinante historia durante 5 días espléndidos por esta hermosa ciudad. Espero que los disfrutes y te sea de utilidad!

Si requieres información más específica, como horarios, precio de tickets o cómo llegar a estas atracciones tal vez te interese leer: ¿Qué hacer en París en 5 días?

Día 1: Torre Eiffel, Champ de Mars, Escuela Militar, Trocadero

Ya rumbo a París, mi hermana y yo, mi fiel compañera de viajes… Yo no viajaba fuera del país, desde hacía 12 años, cuando solo tenía 9 y mi papá decidió llevarme previo a mi cumple número 10 como regalo, a conocer Italia en carro. Esta historia se las contaré, pero más adelante.

Cuando al fin aterrizamos en el inmenso aeropuerto Charles de Gaulle, empezó la travesía. Sabíamos poco menos de 4 o 5 palabras en francés, y a pesar de tener conocimientos de inglés intermedio, a los franceses les gusta que se hable su idioma o al menos responderte de esa forma.

Teníamos reservado ya el hotel, pero lo que no sabíamos era como trasladarnos hasta allá. Íbamos en plan de no gastar mucho, ya que eran nuestros primeros ahorros de viaje que debían rendirnos para los 15 días de viaje y para las 4 ciudades a visitar, así que tomar un taxi no era opción.

En esta época aún no existían los teléfonos inteligentes, para ubicarnos con facilidad por Google Maps, de hecho el sólo uso de un teléfono móvil en roaming, era otro gasto impensable.

Después de mucho preguntar entre algunas palabras en inglés y otras en francés, que medio aprendí en el avión, de un pequeño libro que me prestó una amiga del trabajo, que por cierto nunca se lo regresé!.

Parece cierto aquello que dicen, que los libros prestados casi nunca regresan a sus dueños, realmente ella manejaba muy bien el francés, así que fue prácticamente un regalo, porque yo sí que lo necesitaba.

 

Nos montamos en un bus de la línea 4 perteneciente a “Les Cars Air France”, la estación a la que íbamos era la segunda y última del trayecto (Gare Montparnasse) con lo cual no había manera de perderse.

Al llegar tomamos el metro de la línea 6 que nos llevaba directo a la estación “Le Motte-Picquet-Grenelle a escasos 400m del Hotel Splendid.

Una vez que dejamos las maletas en la habitación, a pesar del cansancio del viaje y el cambio de horario, la ansiedad por ver la ansiada Torre Eiffel pudo más que todas las anteriores y salimos rumbo a su búsqueda.

La distancia que nos separa de ella no era tanta, se encontraba a 1.7km andando desde el Hotel, se suponía que debíamos verla rápidamente pero habíamos caminado ya algunos minutos y nada.

Cuando de repente en un abrir y cerrar de ojos, ahí estaba, imponente, impresionante, la emoción era indescriptible.

A pesar de ver la parte superior aún faltaban algunos metros para llegar a sus pies y sin mapa ni exactitud de donde cruzar caminamos hacia ella siguiéndola con la mirada!

Caminamos un largo rato por sus inmensos pilares, recorrimos el Parque Champs de Mars, uno de los espacios verdes más grandes de París, las adyacencias de la Escuela Milita.

Luego atravesando el Pont d’Iena recorrimos Trocadero hasta su plaza, donde se pueden observar shows de arte callejero.

Desde allí el ángulo visual de la torre es realmente hermoso, mucho más cuando al caer la noche ésta se ilumina y en los primeros 10 minutos de cada hora, hasta las 2am, te sorprende con un juego de luces parpadeantes que no te esperas y hacen aún más emocionante la experiencia.

Día 2: Los Inválidos, Tumba de Napoleón, Puente Alexander III, Pequeño y Gran Palacio, Crucero por el Sena

A pesar del cansancio que aún se hacía notar, era hora de levantarse y seguir explorando esta maravillosa  ciudad, hicimos el recorrido caminando (1.8km) desde el hotel hasta el Palacio Nacional de los Inválidos.

Es un complejo arquitectónico que fue fundado originalmente como residencia para los soldados y militares retirados, en la actualidad alberga distintas instituciones como museos, templos religiosos y servicios a antiguos combatientes.

Además de su majestuosidad arquitectónica amplia, que contiene muchísima historia, el monumento más destacado para conocer es el mausoleo de Napoleón.

Allí se encuentran los restos del emperador Napoleón I, situados en el centro de una cripta circular, con una enorme notoriedad debido a su imponente tamaño.

Luego de recorrer todas las instituciones internas y los espacios posteriores constituidos de áreas verdes y de diversas placas y monumentos alusivos a personalidades de guerra, llegamos al famoso Puente Alexander III, considerado uno de los puentes más bonitos que cruza el Río Sena en París.

Este majestuoso puente une el complejo de Los Inválidos con el Pequeño y Gran Palacio, que se encuentran frente a frente, a ambos lados de la Avenida Winston Churchill, que comienza con una estatua de este gran líder en tiempos de guerra.

Durante la caminata nos conseguimos con otras estatuas como la del libertador Simón Bolívar,  Georges Clemenceau, político y periodista francés quién fue Ministro de guerra durante la I Guerra Mundial.

Finalizando con la del General Charles de Gaulle líder de la resistencia francesa contra la Alemania Nazi.

 

El día culminó con un pequeño crucero finalizando el atardecer por el Río Sena, que por su duración de una hora te permite ver los principales monumentos iluminados al caer la noche.

La brisa típica de otoño se hizo notar, no íbamos tan bien abrigadas; sin embargo, nos defendimos con varias capas de ropa, a  pesar de no ser las telas más adecuadas para el clima.

La vista de los monumentos iluminados en medio de la oscuridad es verdaderamente hermosa, para la época la cámara fotográfica que llevábamos, no profesional, carecía de opciones para fotografías nocturnas.

Tomamos algunas fotos, aunque no las mejores, pero los recuerdos de las vistas espectaculares, sí que permanecen en mi memoria.

 

Día 3: Notredame, Sainte Chapelle, Hotel de Ville, Arco de la Defensa

Empezó un nuevo día, las habitaciones eran un tanto pequeñas, y debido a las temperaturas otoñales a las cuales no estábamos acostumbradas, pegaba un poco el momento del baño, donde absolutamente todo lo que tocabas estaba frío.

Pero con un proceso bastante fácil con el agua caliente, en unos pocos minutos, se lograba un pequeño sauna! que calentaba todo frío objeto a su paso.

Tomamos el metro en la línea 10 en una estación a 90m del Hotel (Av Émile Zola) y nos dirigimos hasta la estación Cluny-La Sobornne que está a 500m de nuestra primera parada del día: La Catedral de Notredame!.

Situada en la pequeña Isla de la Cité, atravesando el Puente au Doble, finalmente estábamos en frente de uno de los monumentos más populares de la ciudad, con su estilo gótico, la catedral dedica a María, madre de Jesucrito, se encuentra rodeada por las aguas del Río Sena.

Después de subir los 402 escalones de las torres de la catedral hasta la cima y observar una panorámica perfecta de París, caminamos hasta la capilla Sainte Chapelle.

Ésta se encuentra dentro de la misma isla de la Cité, a 650m de Notredame, alberga las reliquias más preciadas de la cristiandad, como la corona de espinas de Jesucristo.

En sus vitrales están plasmadas 1113 escenas del antiguo y nuevo testamento.

 

Al salir de la isla cruzando el Puente d’Arcole, nos encontramos con el Hotel de Ville, donde se ubican las oficinas del ayuntamiento, el correo y de información turística.

Desde allí tomamos el metro en la Línea 1, hasta nuestro próximo monumento, a 500m de la estación Gare de la Défense, en un moderno barrio de negocios ubicado al oeste de la ciudad, el Arco de la Defénse.

El Arco está ubicado en el eje histórico, que comienza en el Louvre, continua en la Plaza de la Concordia, sigue por los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo y culmina en esta representación moderna del antiguo Arco.

Ascendimos a través de un elevador de vidrio hasta el mirador, que se encuentra en la parte superior a 110m de altura, donde se puede apreciar la precisión del eje histórico de la ciudad y la perfecta alineación entre los 3 arcos (Arco de la Defénse, Arco del Triunfo y el Arco del Carrusel).

Día 4: Torre Eiffel, Arco del Triunfo, Campos Elíseos, Plaza de la Concordia, Jardín de las Tullerías, Arco del Triunfo de Carrusel

Este día prometía ser testigo de hermosas vistas, a pesar de haber visitado desde su base la torre y verla desde distintos puntos de la ciudad, había llegado el día de subirla.

Suelen hacerse largas colas para el ascenso, a pesar de que el acceso es a través de sus 4 pilares y cuentan con un total de 7 ascensores, 5 entre la base y el segundo piso y 2 entre el segundo y tercer nivel.

Luego de un poco más de una hora estábamos en el tope de la estructura más alta de París, que cuenta con 324m de altura.

Se puede observar toda la ciudad, desde una sala cerrada llena de mapas de la misma, donde se puede identificar correspondientemente la vista panorámica que estás observando a medida que caminas a lo largo de la plataforma.

Puedes subir unas escaleras que te permiten llegar a una plataforma exterior que algunos denominan como cuarto piso, sin embargo pertenece al mismo tercer nivel.

Aún faltaban varios monumentos por visitar, normalmente los que ameritaban ascenso nos demoraban algo de tiempo, por ello tomamos el metro en la estación Bir Hakeim de la línea 6 hasta nuestra próxima parada, en la estación Charles de Gaulle-Étoile, para visitar el Arco del Triunfo.

Es el segundo monumento más representativo de París después de la Torre Eiffel. El cual representa las victorias del ejército francés bajo las ordenes de Napoleón, quién ordenó su construcción luego de la victoria de la Batalla de Austerlizt para conmemorarla.

Esta visita en su momento nos ocasionó un poco de molestia, porque no conseguíamos la forma de acceso a la plaza donde se encuentra.

Desde las avenidas no existe paso peatonal, tardamos un poco caminando para conseguir el anhelado acceso, que era finalmente subterráneo, hoy hablamos de ello y nos causa risa, pero en ese momento no fue de tanta gracia.

Cuando al fin llegamos a su base, lo primero que nos encontramos fue la tumba del soldado desconocido, por todos aquellos franceses que murieron en la I Guerra mundial y nunca fueron reconocidos.

286 escalones nos separaban de la terraza ubicada a 50m de altura, aunque la es bastante menos alta que la Torre Eiffel, la vista es igualmente impresionante, se observa la convergencia de las 12 avenidas principales hacia la plaza.

Al bajar caminamos a lo largo de los 2km de la Avenida de los Campos Elíseos, distancia que separa el Arco del Triunfo con la Plaza de la Concordia, usada para ejecuciones, cuenta el Obelisco egipcio Luxor y la Fuente de los Mares.

Sobre la misma línea del eje histórico, continuamos caminando por el recorrido dentro del Jardín de las Tullerías, sus amplios jardines que ocupan un área de 25.5 hectáreas, cuentan con distintas estatuas, parque infantil, un museo y restaurantes.

Al finalizar los amplios jardines, nos encontramos con la Plaza de Carrusel donde se encuentra un Arco de Triunfo, denominado de Carrusel, construido por órdenes de Napoleón en conmemoración de sus victorias militares.

Si te paras desde esta plaza, se observa en perfecta alineación a través de este arco, el jardín, el obelisco de la Plaza de la Concordia, los Campos Elíseos y el Arco del Triunfo principal.

Si observas hacia el otro lado se admira la pirámide de Louvre, pero ya por la hora y el cansancio, las visitas por este día habían terminado.

Día 5: Museo de Louvre, Saint Denis, Moulin Rouge, Sagrado Corazón

Amaneció y ahora sí nos dirigimos al Museo de Louvre, unos de los museos más grande, visitado e importante del mundo.

Muy famoso por todas las obras maestras que alberga, especialmente la Gioconda de Leonardo da Vinci.

La pirámide más grande del Museo está ubicada en el patio central, con 20m de altura, incluye en el nivel subterráneo, una pirámide invertida.

Es tan grande y en su interior aloja tantas maravillosas obras, que tardamos unas 4 horas en recorrerlo, hasta la fecha me queda duda si nos faltó algún tramo por visitar.

Una vez visitado el Louvre, tomamos el RER D en la estación Chalete-Les Halles, hasta Gare de Saint-Denis para llegar a nuestra próxima visita, la Basílica de Saint-Denis.

Consagrada catedral a partir de 1966, fue la última residencia de los reyes de Francia, en ella yacen 70 tumbas esculpidas de la monarquía.

Finalizado el recorrido tomamos el RER D de regreso, hasta la estación París Norte, para luego tomar el metro de la línea 2 en la estación Chapelle hasta Blanche. Llegamos al famoso cabaret parisino, El Moulin Rouge, situado a los pies de Montmartre.

Quisimos visitarlo así fuese externamente, ya que es uno de los imperdibles de la ciudad, lo que no imaginamos es que dentro de esta visita relámpago encontraríamos tickets, para la función de esa misma noche, ante tanta suerte pues decidimos comprarlos!.

Como era el último día en la Ciudad, ya que al día siguiente nos marchábamos, no había tiempo para perder. Mientras se daba la hora de la función, dentro de nuestro plan del día y un sitio al que no queríamos faltar, era la Basílica del Sagrado Corazón.

Tomamos nuevamente el metro de la línea 2 hasta la estación Anvers, donde se observa a lo alto de la colina de Montmartre este templo religioso, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús.

Se puede ascender a la basílica por el funicular de montmartre, o bien atravesando el Parque Square Louise Michel con un conjunto de escaleras en medio de los caminos verdes que permiten el ascenso hasta la parte baja de la basílica, opción que decidimos tomar!

De regreso al Moulin Rouge, observando su llamativa fachada y su gran molino rojo girando desde hace más de un siglo, nos dispusimos a entrar al recinto, que no podía ser menos exquisito que su exterior, con una iluminación y decoración que te transportan a la época del cancán.

Dos horas de variados espectáculos, todos con una excelente escenificación que cerraron con broche de oro el día y nuestra última visita de alguna de las atracciones de nuestra lista de la espléndida París!.

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